Me apasiona la luz. Dedico mucho tiempo a pensar en ella. Tanto para la pintura como para la fotografía lo son todo. A veces las condiciones caprichosas de la atmósfera nos regala momentos mágicos en los que la luz deja de ser el aglutinante para convertirse en verdadera protagonista.
Ultimamente, cuando voy a los concursos, no suelo parar a fotografiar. Por la mañana hay prisa y por la tarde demasiado cansancio. Es una pena pues las horas a las que suelo viajar modelan muy bien los paisajes. Esta vez no necesitaba parar, así que no pude resistirme.
Ultimamente, cuando voy a los concursos, no suelo parar a fotografiar. Por la mañana hay prisa y por la tarde demasiado cansancio. Es una pena pues las horas a las que suelo viajar modelan muy bien los paisajes. Esta vez no necesitaba parar, así que no pude resistirme.
3 comentarios:
Pues sí que mola la nubecilla naranjoide y los azules que salen por los laos... además, que irías to flipao con tus euracos bajo el brazo... jejeje!!! o me equivoco??
alguien se dejo lámparas encencidas entre las nubes....
muy buena imágen
Pues si. La verdad es que si fue un momento muy especial. Diez minutos fantásticos, de impresionante belleza y con el subidon del premio algo casi místico.
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